Secuestros

Es un delito, a mí parecer realmente grave e imperdonable, consiste en privar de su libertad a una persona o a un grupo de personas, con el objetivo de conseguir efectivo  a través del rescate de dicha persona o personas.

Actualmente los secuestros no se basan en el simple hecho de conseguir un rescate, sino en beneficio de otros delitos tales como:

1.       Tráfico de menores.

2.       Trata de Blancas.

3.       Pornografía.

4.       Tráfico de Órganos.

Entre muchos más, que  posteriormente trataremos con más especificación. 

Comúnmente antes de llevarse a cabo un secuestro, los secuestradores se dedican a observar a su víctima, seguir con atención sus horarios, rutas, etc.

>>Un  95,3% de los secuestros se llevan a cabo cuando se transita a bordo de un vehículo en un lugar despoblado<<

La pena por secuestro es muy elevada, en algunos países se puede llegar a sentenciar pena de muerte y en otros es penado con prisión perpetua, puesto que además de ser un delito como ya he dicho imperdonable, también puede ser causante de problemas psicológicos no solo en la victima sino hasta en su misma familia.

Uno de los trastornos psicológicos más conocidos es el famoso “Síndrome de Estocolmo”, en el cual la victima desarrolla un vínculo afectivo  hacia su o sus secuestradores.

>>Aproximadamente un 27% de las víctimas de 4700 secuestros han experimentado dicho trastorno<<

En la actualidad la mayor parte de los secuestros han sido con ayuda de familiares, amigos o en algunos casos parejas o ex parejas de la víctima.

Así mismo se han llevado acabo un sinfín de secuestros que duran años sin encontrar a la víctima y a su victimario, como son el caso de:

Jaycee Dugard: (10-06-99) fue liberada el (26-08-09). Estuvo 18 años secuestrada  y dio luz a dos niñas, hijas de su secuestrador.

Natascha Kampusch: Fue secuestrada cuando tenía 10 años y consiguió escapar el 23 de agosto del 2006 (8 años secuestrada).

“Los seres humanos en su conjunto no aguantan mucho tiempo siendo buenos; al final la maldad regresa para volver a envenenarnos”

                                                                                                           -Veronica Roth 

Zamora Alarcon Itzel